El pasado 20 de julio se produjeron los dos estrenos del año: Barbie de Greta Gerwig y Oppenheimer de Cristopher Nolan. Sobre la segunda ya os hablamos en Film Hunters y, como no podía ser de otro modo, ahora toca el turno de contaros por qué no hay una perdedora en la guerra Barbenheimer. Al igual que el Oppenheimer de Nolan consiguió superar todas nuestras expectativas, la Barbie de Gerwig no se ha quedado atrás, y en esta crítica te contamos por qué va más allá de lo que se podía apreciar en los tráileres.
El último de los tráileres de Barbie daba unas pinceladas a la trama general de la película del juguete de Mattel. Barbie (Margot Robbie) vive una vida tranquila y repetitiva en Barbielandia. En su mansión de ensueño el agua de la ducha sale siempre a la temperatura perfecta, las tostadas están en su punto y no hace falta bajar engorrosas escaleras para llegar al suelo, simplemente hay que volar. Hasta que un día, todo lo que siempre había sido la «norma» para ella, empieza a torcerse. ¿La solución para arreglarlo? Ir al mundo real. Hasta ahí nos cuenta el tráiler, y hasta ahí podemos leer.
Lo que viene a continuación es tan inesperado como refrescante. Greta Gerwig —que no solo dirige el filme, sino que también ha escrito el guion junto a su pareja, Noah Baumbach— consigue hacer de Barbie una película comercial, plagada de referencias que comprenderán todos aquellos que hayan jugado con una Barbie, y a la vez cargarla de feminismo, igualdad y una fuerte crítica al patriarcado. Y el modo en el que lo consigue es fantástico.
El origen de Barbie y el propósito del juguete
Hacer una película sobre Barbie, así en líneas generales —dejando a un lado las diferentes versiones de animación de Mattel—, parecía complicado. Y es que el juguete ha servido de inspiración para muchas niñas con sus numerosas versiones, pero también ha sufrido fuertes críticas. Y eso Gerwig lo sabía y decidió explotarlo en el filme.
La directora coge el hecho de que Barbie ha servido de inspiración a millones de niñas alrededor del mundo para ser lo que quieran ser para construir Barbilandia. Y coge las críticas a las proporciones perfectas del juguete, e incluso su creación, para desarrollar su mensaje feminista en el mundo real.
Y es que la muñeca Barbie fue creada en el año 1959 por Ruth Handler atendiendo a las necesidades de su hija, Bárbara —Barbie es, de hecho, un diminutivo de su nombre—. La pequeña no quería jugar con los bebés que por aquel entonces eran tan populares, sino con las figuras de cartón a las que podía cambiar de ropa.
Bárbara imaginaba la vida que podían tener sus juguetes de papel y su madre Ruth, cuando viajó a Alemania y descubrió la muñeca Bild Lilli —reclamo de niños, pero también de adultos, que la sexualizaban—, decidió crear su propia muñeca usando la alemana como inspiración.
La película Barbie es consciente de estos inicios y los integra en la trama como absolutamente todo lo que presenta. No hay ni un solo elemento puesto por casualidad en Barbie, ni siquiera el llamativo hecho de que los talones de Barbie nunca toquen el suelo. Y Margot Robbie, que ya ha demostrado sobradamente ser una gran actriz, consigue dotar a Barbie de ese toque irreal y a la vez, más humano.
Barbie, un alegato a la igualdad
Otro de los puntos más comentados de Barbie incluso antes de su estreno fue el papel de los Kens. Y es que los carteles promocionales tampoco se anduvieron con rodeos: Barbie lo es todo y Ken… es solo Ken. Un magnífico Ryan Gosling se pone en la piel del Ken que sigue a la Barbie de Robbie. Y lo hace abrazando la crítica a la masculinidad para servir al propósito general de la película: abogar por el feminismo y la igualdad.
Si estás leyendo esto después de haber leído alguna que otra crítica sobre Barbie seguramente estarás pensando que mi opinión es una demasiado optimista, teniendo en cuenta que algunos críticos —en masculino— han puesto notas a Barbie que no llegan al aprobado. Y esa es precisamente otra de las genialidades de Barbie: es una película que escuece. A las mujeres, que nos podemos ver representadas en Barbie en multitud de momentos, y sobre todo a los hombres.
El resumen de todo lo que os expongo en esta crítica es básicamente ese: Barbie es una película feminista, de mujeres y para mujeres. Así que si eres mujer y conoces las referencias y entiendes la crítica y el discurso que promueve el filme… probablemente Barbie te encante. Si, por el contrario, eres un hombre que no se identifica con el mensaje —o que no está de acuerdo con él—, quizá la película no te guste en absoluto. Lo que está claro es que Barbie no deja indiferente a nadie. Y si quieres comprobar si eres del primer grupo o del segundo… tendrás que ir al cine a comprobarlo. Barbie está disponible en cines desde el pasado 20 de julio.
Crítica rápida de Barbie: ¿por qué ver la película?
- Por su alegato feminista y su crítica al patriarcado.
- Es un filme lleno de referencias perfectamente integradas en la trama.
- El increíble trabajo de Margot Robbie y Ryan Gosling como Barbie y Ken.