Crítica de ‘La sociedad de la nieve’, el relato más íntimo (y largo) de J.A. Bayona sobre la tragedia de los Andes

Crítica La sociedad de la nieve, con nota por Film Hunters

Año 1972. Un equipo de rugby uruguayo viajaba en un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya hasta Chile. A bordo iban 45 pasajeros. Un total de 29 sobrevivieron después de que el avión impactara contra un glaciar en los Andes. Tras 72 días en la cordillera, solo 16 personas pudieron ser rescatadas. Esta es la historia real y la base de la nueva película de J.A. Bayona, La sociedad de la nieve, y en esta crítica os cuento qué esperar de un filme que no para de recibir nominaciones en las galas de premios.

Los hechos antes descritos corresponden a la llamada «tragedia de los Andes», que ya fue objeto de una adaptación cinematográfica más de 20 años después del suceso. El país encargado de hacerlo fue Estados Unidos con la película ¡Viven! (Alive!) del año 1993. Esta obra estaba inspirada en el libro Alive: The Story of the Andes Survivors, del británico Piers Paul Read y del año 1974; dos años después del suceso.

Ahora, 30 años después de esta película, y habiendo pasado 51 desde el suceso, J.A. Bayona se ha puesto a cargo de la dirección de La sociedad de la nieve. Una superproducción de las que nos tiene acostumbrados el director y que también se basa en un libro. En esta ocasión, el libro homónimo La sociedad de la nieve, del escritor uruguayo Pablo Vierci, compañero de colegio de los supervivientes que comenzó a escribir su historia, utilizando sus testimonios, en el año 1973. No fue publicado hasta 2022.

Una visión más cercana de la «tragedia de los Andes»

Y os preguntaréis, ¿por qué os hablo de los libros en una crítica sobre la película de La sociedad de la nieve? Porque, en realidad, eso explica por qué hay dos versiones del mismo suceso. La primera, al igual que el libro, está menos madurada y tiene una mirada más lejana, típica de Hollywood. Aun así, es un producto que funciona. A pesar de que los actores sean americanos, el libro lo haya escrito un angloparlante y resulte todo tan lejano.

La segunda versión de los hechos es la versión más íntima, más cercana al suceso. No solo porque la base (el libro) lo sea, sino porque el propio Bayona se ha esforzado para crear un relato verídico y que haga justicia a las víctimas y a los supervivientes de la tragedia. Más que una oda a la vida, es un retrato del sufrimiento que plantea constantemente la pregunta de hasta qué punto es ético hacer cualquier cosa por sobrevivir… si aguantar un día más no les garantiza poder ser rescatados.

En La sociedad de la nieve, a pesar de ser una película de producción española con un director español, los actores son uruguayos, y eso le da un toque más de verosimilitud al relato. Es más fácil sentir su angustia, su debate moral y su desesperación y tener presente en todo momento que su historia fue real.

Ayuda, por supuesto, el despliegue técnico de un gran director como Bayona. La recreación del accidente consigue transmitir aquello que los pasajeros del vuelo debieron sentir. Y la magnífica fotografía de la película logra crear belleza en una situación que de bella tiene poco.

Una película sobre los protagonistas que ahonda poco en ellos

Y ahora es cuando viene, para mí, el gran pero. Porque yo le tenía muchas esperanzas a La sociedad de la nieve. Y acabé bastante decepcionada. ¿El principal motivo? La duración del filme. Son 144 minutos, es decir, 2 horas y 24 minutos. Y se me hicieron tremendamente largas. Si bien la primera hora y media me mantuve bastante metida en el filme, la última hora se me hizo cuesta arriba. Sentía que todo lo que se contaba ya se había contado y que se podía reducir en al menos media hora la extensión. Una película más corta habría mandado un mensaje más contundente sin caer en el tedio.

Tampoco terminó de cuajarme la rápida “presentación” de los pasajeros del vuelo. Antes de subirse al avión, transcurren apenas 10 minutos en los que Bayona muestra tan apresuradamente a los protagonistas que tiene que recordar, en mitad de la película, cuál es cada uno. Y durante el filme tampoco sentí que los reconociera.

Cada uno de los primeros supervivientes del accidente no era más que una persona más cuya muerte hacía sacar su nombre a la luz. Y es una pena, porque me parece una película muy personal, que buscaba hacerles justicia, y que al final se centra demasiado en el debate moral de supervivencia y poco en sus historias personales. Aunque tiene tiempo de sobra para abordarlas.

¿Está bien hecha La sociedad de la nieve? Es innegable que sí. ¿Hace justicia a las víctimas? Más que la versión anterior, sí. Pero aun así, no ha logrado llegarme tanto como creo que debería. Y, como decía, culpo a la duración. Creo que se nos ha quedado un panorama cinematográfico en el que hacer películas de dos horas ya no es el máximo, sino el mínimo (solo hay que ver películas como Avatar: El sentido del agua). Y hay muchas historias que no necesitan llenar minutos y minutos para ser bien contadas. Y creo que La sociedad de la nieve era una de ellas. Podéis ver La sociedad de la nieve en algunos cines seleccionados y a partir del próximo 4 de enero en Netflix.

Crítica rápida de La sociedad de la nieve: ¿por qué ver la película?

  • Es una película que cuenta una historia dura, pero que se las apaña para ser bonita visualmente.
  • Presenta un relato que sirve como homenaje a los supervivientes y las víctimas.
  • Su duración hace que el mensaje no sea tan contundente como debería.

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