Crítica de ‘Alice in Borderland’ temporada 2: más juegos, sangre y drama en un Tokio distópico y misterioso

Este 22 de diciembre Netflix estrena la continuación de uno de sus grandes éxitos de la plataforma. Uno que llegó antes que El juego del calamar y que pasó desapercibido en comparación con el éxito surcoreano. Sin embargo, la repercusión de este último llevó a muchos usuarios a buscar algo parecido y ahí es donde entró Alice in Borderland. Y si no puedes esperar al estreno mañana para saber qué te puede esperar en la temporada 2 de Alice in Borderland, aquí te dejamos nuestra crítica. Si todavía no has visto la primera (o leído nuestro resumen, con el que te pondrás al día en unos minutos antes del estreno), atención que vienen spoilers de la primera temporada.

La serie, estrenada en 2020 y ambientada en Japón, utilizaba también algunos juegos infantiles de lo más macabros —parecido al estilo de El juego del calamar, pero con cartas de la baraja francasa—. Esta vez, sin embargo, en un mundo un tanto distópico del que se sabe poco. El protagonista indiscutible, Arisu (Kento Yamazaki), llegaba a él y, para sobrevivir (y descubrir la verdad) tenía que jugar con sus dos mejores amigos, Karube (Keita Machida) y Chota (Yûki Morinaga).

Sin embargo, después de la primera temporada, los juegos no acabaron. Arisu y sus nuevos amigos descubrieron a la Game Master y que los desafíos no acababan con los números de la baraja; quedaban las figuras. Y es en ello en lo que se centrará la segunda temporada de Alice in Borderland. El objetivo de los protagonistas: conseguir vencer todos los juegos de figuras, pero, especialmente, acabar con el temido rey de picas.

Juegos trepidantes y más macabros

Al igual que en la primera temporada, la temporada 2 de Alice in Borderland empieza igual de trepidante. O un poco más, porque cuentan con la ventaja de que no tienen que presentar a nadie. La serie arranca desde el mismo punto que la anterior, y los personajes se embarcan enseguida en un nuevo juego mortal en el que harán todo lo posible por sobrevivir.

Lo mejor de la segunda temporada, al igual que en la primera, son los juegos. Mantienen la misma tensión que en la primera y siguen sorprendiendo. Aunque si en algo se diferencian es que son, incluso, más sangrientos. Y eso ayuda a añadir dureza a la serie.

Aunque si hablo de lo mejor, también tengo que mencionar lo peor de esta segunda temporada. Se nota que, al solo tener las figuras, hay menos juegos disponibles para poder desarrollar. Y la temporada 2 sigue teniendo ocho episodios (que duran entre los 45 y los 80 minutos aproximadamente), así que abusan un poco de intercalar la acción de los juegos con partes más pausadas que sirven para desarrollar aún más las relaciones entre personajes.

Esto no es exclusivamente un punto débil, porque es necesario. Si en la primera temporada se demoraban en explicar la relación entre los tres amigos para que los juegos en los que debían enfrentarse fueran más duros, aquí tienen que hacerlo con los nuevos que han aparecido por el camino. Los de la primera temporada y los que aparecen para esta segunda parte. Y aunque es un acierto, en la mayoría de los casos le dedican demasiados minutos del episodio.

¿Habrá temporada 3 de Alice in Borderland?

Hablando de los personajes, en esta segunda temporada consiguen que nos encariñemos aún más con los ya conocidos y también con los que aparecen nuevos. Chishiya (Nijirô Murakami) sigue siendo mi favorito indiscutible, pero los flashbacks ayudan a encariñarte rápidamente con el resto. Y en esta temporada 2 aparecen algunos con historias de lo más interesantes.

Si has llegado hasta este punto de la crítica, te harás la misma pregunta que me hice yo cuando comencé la temporada 2 de Alice in Borderland: ¿esta temporada dos es el final definitivo de la serie? Tendrás que verla para descubrirlo con tus propios ojos, pero te puedo adelantar que se dan respuesta a muchos interrogantes que están ahí desde la primera temporada. Y que puede que deje un resquicio abierto para continuarla.

Crítica Alice in Borderland temporada 2
Chishiya.

Aun así, ¿es buen final? Para mí, sí. No voy a mentir. Hay aspectos de los dos últimos capítulos que se me tornan algo surrealistas y sinsentido. Ayudan a aumentar el dramatismo y el sufrimiento del espectador, sí, pero podrían haber estado mejor llevados. Sin embargo, las conclusiones que se ofrecen a mí me han dejado satisfecha.

¿Habrá temporada 3 de Alice in Borderland? Supongo que dependerá del éxito de la segunda. Pero, por el momento, yo me quedo satisfecha aunque no la haya. Los creadores han sabido concluir de una forma que deja todo lo suficientemente cerrado como para acabar aquí, pero, a la vez, dejar un resquicio abierto por si vuelve a ser un éxito. Y, después de ver la temporada 2 de Alice in Borderland —y del éxito de El juego del calamar—, es más que probable que lo tenga.

Crítica rápida de Alice in Borderland: ¿por qué ver la temporada 2 de la serie?

  • Los juegos siguen siendo igual de trepidantes y aún más macabros.
  • El personaje de Chishiya sigue siendo uno de los mejores.
  • Una temporada que ofrece muchas respuestas y deja la puerta abierta para seguir.

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