Este verano Netflix ha estrenado la tercera temporada de una de las diversas series adolescentes que tiene en su catálogo: Yo nunca. Después de la última crítica de la serie Andor, ahora nos toca hacer la crítica de la temporada 3 de Yo nunca, una serie de y para adolescentes que, sin embargo, ofrece al espectador algo distinto.
Probablemente la clave de su éxito, y el motivo por el que ya van por la tercera temporada y camino a la cuarta, es que en Yo nunca la trama adolescente no se queda en la superficie. De hecho, la serie triunfa a la hora de profundizar en cómo las típicas situaciones de instituto americano afectan a los personajes a nivel emocional. Esto consigue hacer al espectador reflexionar y también poder empatizar con los personajes (algo que no suele ocurrir muy habitualmente en este tipo de ficciones).
Momentos emotivos combinados con risas
En esta tercera temporada, la serie continúa siguiendo de cerca la vida de Devi, narrada por el exjugador de tenis John McEnroe, lo que le da un tono muy original a la vez que divertido a la historia. Para quién no conozca a Devi, es una adolescente indio-estadounidense, bastante empollona, y que nunca ha conseguido encajar en el grupo de los populares de su instituto Sherman Oaks, debido a diversos acontecimientos de su vida que la han marcado.
Durante su etapa en el instituto Devi está rodeada de sus buenas amigas Eleanor y Fabiola. Cada una de ellas también cuenta con interesantes subtramas y juntas formarán un bonito grupo de amigas con las que compartir vivencias y experiencias sin miedos, lo que se conoce como un safe place. Algo muy presente en la serie son los dramas amorosos de Devi. En las pasadas temporadas esta se ha visto envuelta en un triángulo amoroso protagonizado por el chico más popular de Sherman Oaks, Paxton, y por su máximo contrincante en el ámbito académico, Ben.
Además de sus dramas amorosos, que aportan momentos de risas y también emotivos, Devi se enfrenta a situaciones mucho más duras en su entorno familiar. Unas situaciones que poco a poco está aprendiendo a gestionar gracias a la ayuda de su psicóloga y de su familia. Así, la serie es capaz de tratar temas serios como la gestión del duelo, la ansiedad o la presión social, el descubrimiento sexual, los estereotipos o la discriminación. El tratamiento de estos temas aparece de una manera bastante natural, ya que son cuestiones que se observan en el día a día de la protagonista y no parecen situaciones forzadas.
Una temporada con nuevos personajes y subtramas
Al comenzar la temporada, podríamos pensar que Yo nunca ya no tiene nada nuevo que contarnos. Al final de la segunda temporada Devi ya había conseguido todo lo que ansiaba: salir con Paxton, el chico más popular del instituto. No obstante y pese a este aparentemente principio idílico, la situación irá evolucionando por diferentes motivos y veremos que a Devi le quedan todavía muchos conflictos a los que se enfrentarse.
Durante la tercera temporada, el triángulo amoroso de Devi dejará de estar en primer plano (aunque sigue estando presente de una manera u otra). Aparecerán nuevos personajes en la historia, que la harán descubrirse más a sí misma y también nos harán conocer más al resto de miembros de su familia.
El tema de la autoestima y el amor propio estará muy presente en esta temporada. Este se reflejará de manera muy honesta en una escena en la que la madre de Devi la consuela tras su último fracaso amoroso. En este momento, ella siente que es «demasiado difícil para que la quieran» y su madre, entendiéndola a la perfección, sabe brindarle el apoyo óptimo en ese momento. Un momento lacrimógeno y emotivo para los espectadores más sensibles, y que da en la clave en un tema como es la necesidad de saber validar nuestros propios sentimientos.
Una serie de adolescentes también para un público más adulto
El final de esta tercera temporada ha dejado con las expectativas muy altas a los fans de la serie. Esto se debe a que la última escena (sin spoilers) deja las puertas abiertas a que el triángulo amoroso de las tres temporadas por fin se termine. Pero de momento no sabemos más, y para ver cómo avanza la vida sentimental de Devi habrá que esperar al estreno de la cuarta temporada, que se comenta que será la última de la serie.
En definitiva, esta última temporada de Yo nunca ofrece la misma fórmula que las anteriores. Así, cumple con las expectativas de sus fans más acérrimos y también le da una vuelta al concepto de serie adolescente al que estamos más habituados.
Porque, aunque antes hayamos mencionado que Yo nunca es una serie de y para adolescentes, lo cierto es que encaja a la perfección también con un público más adulto. Un público que quizá ya ha vivido experiencias parecidas a las de la vida de Devi. Así, identificarse y empatizar con Devi es natural y fácil, sobre todo al presenciar sus equivocaciones y errores, que la convierten en una persona auténtica llena de contradicciones y en pleno proceso de aprendizaje.
Crítica rápida de Yo nunca temporada 3: ¿por qué ver la serie?
- Por lo fácil que resulta empatizar con Devi.
- El gran tratamiento del tema del amor propio y la autoestima.
- La última escena.