Muchas películas internacionales se han quedado por el camino hacia los Oscar en este 2023. Una de ellas es la que os traemos hoy en esta crítica, Retorno a Seúl. Se trata de la tercera película de Davy Chou, que fue candidata por Camboya a Mejor película internacional, pero que no consiguió pasar el corte final. Vértigo Films la trae a salas españolas el próximo 24 de marzo.
A pesar de tener una producción camboyana, la historia transcurre en Corea del Sur. Allí se centra en la historia de Freddie (Park Ji-min), una joven adoptada por una familia en Francia que vuelve por primera vez a Corea del Sur, donde nació. Allí comienza una búsqueda de sus raíces a través de sus padres biológicos, en un país y una cultura desconocidos para ella. Todo este camino la llevará a situaciones inesperadas y cambiará su vida.
Una crisis de identidad y un choque de culturas
Retorno a Seúl es una película que gira en torno a una crisis de identidad. Una persona adoptada que se ha criado en Francia decide ir a Corea, su lugar de nacimiento, en busca de respuestas. Hay algo que falla en su vida, y quizás yendo a su país de nacimiento, consigue entender algo. Allí verá cómo una cultura que se supone que es la suya propia, le es muy extraña. Intenta sumergirse en esta vida y esta nueva cultura, pero no lo consigue del todo. Siempre hay algo detrás que le hace preguntarse qué está haciendo, cómo puede encajar esta vida con la suya anterior.
La película se divide en actos, a cada cual, en mi opinión, más oscuro que el anterior. Si empezamos con la llegada de ella a Seúl donde monta una fiesta improvisada en un restaurante, luego nos adentraremos en temas un poco más sombríos. Se muestan todos los problemas y la burocracia con la que se enfrentan las personas que quieren encontrar a sus familias biológicas en el país.
A eso se le une la tristeza o desasosiego que produce el hecho de estar años esperando a que esos padres quieran conocer a sus hijos. En ocasiones ese momento nunca llega. La protagonista, además, se encuentra con una familia a la que no entiende, más allá del idioma. Ella no sabe, o no quiere, tener una relación estable por el pasado. Además, pone en juego su propia relación con su familia en Francia. Se mete en una espiral de mentiras con su familia de verdad sin saber por qué.
Una protagonista muy distante
Se trata de un camino de autodescubrimiento, pero también de descubrimiento sobre el mundo que la rodea y sobre la cultura donde nació pero que tuvo que abandonar. Es una historia difícil, y la protagonista no ayuda a que el espectador se ponga en su piel. Ella tiene una historia de vida que no es común para la mayoría, y aún menos a medida que van pasando los años y las generaciones. Al no empatizar con el personaje, la película se hace a veces aburrida y repetitiva.
Se trata de un viaje emocional en el que la protagonista se enfrenta a situaciones y a personas desconocidas. El espectador también se ve enfrentado a todo esto, pero de una forma externa. La forma de ser del personaje, o la forma en la que actúa hacia los demás, hace que uno no pueda empatizar ni con ella ni con su historia. Uno no entiende cómo está actuando, ni por qué.

Es un personaje tan frío y distante que aunque su historia sea dura y triste, no transmite. Únicamente puedes llegar a ella al final de la película. Esto es lo que en mi opinión se salva de todo el film. Se intenta cerrar un círculo que se abrió en la primera parte de la película, y de una forma un poco inesperada, se consigue. Al final Freddie puede poner una especie de punto y final a su búsqueda y seguir viviendo su vida sin esperar o depender de nada ni de nadie. Y es ahí cuando el espectador consigue sentir algo respecto a la protagonista.
Puede que esta crítica de Retorno a Seúl no haya convencido a quien esté leyendo este artículo de ir a verla. A pesar de ello, es una historia que demuestra que a veces los finales felices no son los que uno se imagina en un principio. A veces la propia felicidad de cada uno no depende de otras personas sino de uno mismo.
Crítica rápida de ‘Retorno a Seúl’. ¿Por qué ver la película?
- Un viaje inesperado hacia las raíces del personaje
- Un buen final que salva al resto de la película
- ¿Lo malo? El espectador no consigue empatizar con la protagonista