Crítica de ‘Renfield’, la disparatada comedia gore del asistente de Drácula

Crítica Renfield

El temido conde Drácula que creó Bram Stoker a finales del siglo XIX ha sido, a lo largo de todos estos años, objeto de numerosas adaptaciones cinematográficas. Ya sean adaptaciones de la obra literaria original —como Drácula de Bram Stoker del año 1992— o cameos en la película de vampiros de turno, Drácula es uno de esos vampiros recurrentes en la ficción. Y en esta crítica os hablaremos de Drácula, claro, pero no es él quien protagoniza la nueva película del vampiro, sino su ayudante, Renfield.

El nombre de Drácula va vinculado en la mayoría de ocasiones al terror. Sin embargo, no es el caso de su papel en Renfield, y eso se deja ver muy pronto. Diría que sucede desde la presentación de nuestro protagonista, Renfield (Nicholas Hoult) —quien da nombre al filme—, pero ya se deja entrever con el elenco y, por supuesto, con el actor que interpreta a Drácula: Nicolas Cage. Algunos de los últimos trabajos de los actores están alejados de la seriedad de otros de su filmografía —solo hay que ver la parodia de la realeza de Hoult en The Great y el absurdo de Willy’s Wonderland de Cage—, y Renfield sigue esta estela.

La lucha interna del asistente de Drácula

Renfield centra su trama en el asistente de Drácula. Ese que le lleva la capa al tinte y a un par de hombres moribundos para que su amo pueda alimentarse. Solo que, en contra del asistente sanguinario que podríamos pensar que es, Hoult encarna a un Renfield que sufre una crisis entre el bien y el mal; entre la felicidad y la esclavitud; y, sobre todo, entre si debe salvar vidas o acabar con ellas. Por ello acude a unas charlas de apoyo a víctimas de relaciones de dependencia abusiva. Pero no, no lo hace para poder llevarle a las personas que cuentan sus experiencias… sino a los que abusan de ellas.

De este modo, Renfield, que se rinde a su lado más humano —aunque tiene cierta parte de vampiro poderoso devora insectos— para hacer del mundo uno más justo… a pesar de las exigencias de su amo. En su camino, se encontrará con Rebecca (Awkwafina), una policía que no ha tenido una vida fácil y que, como Renfield, tiene un gran sentido de la justicia, y con una peligrosa banda de narcotraficantes.

Con todos estos elementos, Renfield elabora un relato gore, con mucha sangre y vísceras, pero que no abandona la comedia en ningún momento. Las situaciones rozan lo absurdo y no es posible tomarse en serio, ni sentir miedo del Drácula que se presenta. ¿Lo bueno? Que es precisamente eso lo que pretende.

Gore, acción y comedia

El filme consigue, a su modo, que entre toda la comedia y la sangre que sale disparada en todas direcciones, se cuelen retazos de las comedias de acción más disparatadas. Las peleas de Renfield con poderes le otorgan agilidad al filme que, aun así, tiene una duración bastante aceptable de 93 minutos. Y esto también ayuda a que se haga amena.

Crítica Renfield: Nicolas Cage como Drácula.

No obstante, Renfield no es de esas películas que se quedarán en tu memoria. Es fácilmente olvidable y, en el fondo, tan simple que pasarás un buen rato, sí, pero nada más. Aporta una versión original de Drácula, grandes interpretaciones y algún momento de risa, pero ahí acaba su relevancia.

Renfield se estrena en cines el viernes 14 de marzo y, como habrás podido comprobar con esta crítica, si eres fan de Drácula, del gore y de las comedias más disparatadas, te divertirás.

Crítica rápida de Renfield: ¿por qué ver la película?

  • Muestra una versión cómica y gore de Drácula.
  • El dúo de Nicholas Hoult y Nicolas Cage funciona sorprendentemente bien.
  • Es entretenida, absurda y disparatada, pero aporta poco más.

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