Crítica de ‘Berlín’, un ‘spin-off’ de ‘La casa de papel’ con mucho amor y poco atraco

Si hubo un personaje de La casa de papel que consiguió calar a los espectadores fue el interpretado por Pedro Alonso, Berlín. Y si estás leyendo esta crítica de Berlín —el spin-off del personaje—, ya habrías visto las cinco temporadas de La casa de papel. No es spoiler entonces decir que, a pesar de que el personaje de Pedro Alonso solo vive durante las dos primeras temporadas, resultaba tan interesante que apareció en las siguientes. Parecía difícil dejar un éxito internacional como La casa de papel, y qué mejor modo de retomarla que «devolviendo a la vida» a uno de los personajes más icónicos. Así es como surge Berlín.

Aunque durante su emisión en Antena 3 La casa de papel no destacó por unas grandes cifras de audiencia, la serie tenía todo lo necesario para triunfar. Era una apuesta novedosa, planteada como una serie de dos temporadas autoconclusiva, con unos personajes fuertes e interesantes y una peculiar forma de ser contada. El color, así como el montaje eran dos de los puntos fuertes de una serie que se convirtió en un éxito internacional. Llevó, incluso, al remake coreano, La casa de papel: Corea y ha llevado ahora a intentar seguir “explotando los atracos”.

Un atraco con toque francés

Por primera vez en todos los productos de La casa de papel, dejamos al lado la figura del Profesor (Álvaro Morte) para centrarnos en la de Berlín, también conocido por su verdadero nombre: Andrés de Fonollosa. Lo que no abandonamos, sin embargo, es la base de La casa de papel: los atracos. Y es que en la serie original ya vimos que Berlín era un experto en atracos, y en el spin-off que lleva su nombre nos indica por qué. Aficionado a los grandes golpes, planea uno en la casa de subastas más importante de París con un equipo nuevo para el espectador.

Roi (Julio Peña), Bruce (Joel Sánchez), Keila (Michelle Jenner), Cameron (Begoña Vargas) y Damián (Tristán Ulloa) completan el equipo de Berlín para este nuevo golpe que mantiene la misma esencia que en La casa de papel. La ejecución del atraco se intercala con la explicación del mismo mientras que la edición de la serie consigue mantener al espectador al borde de la silla. Y las actuaciones, como acostumbra la serie, consiguen también crear ese punto de realidad dentro de la ficción.

No obstante, hay diferencias entre Berlín y La casa de papel. Una de las más evidentes es la localización. Abandonan España (lugar en el que tuvieron lugar los dos atracos anteriores) para pasar a París (Francia), la ciudad del amor. Y es la localización y el significado que tiene lo que marca otro punto fundamental: el amor.

El amor, motor de Berlín

«Esa era mi encrucijada, elegir entre las dos cosas que mueven el mundo: el dinero y el amor«. Esta es una de las frases que Berlín dice en el primer capítulo y que marcan la tónica general de la serie, que baila entre el atraco y el amor. Aunque a diferencia de la serie original, que tenía historias románticas como complemento a la trama principal, en Berlín las tramas amorosas cobran más importancia que el propio atraco.

Tiene sentido que sea así. Berlín se caracterizaba por ser un personaje que, terrorífico en muchas ocasiones, tenía un gran carisma y una forma de ver la vida diferente al resto. En Berlín somos capaces de ver quién era antes de la enfermedad y antes de La casa de papel. Y eso hace que la serie sea más alegre, a veces absurda, y mucho menos dramática que su predecesora.

Sobre las historias de amor antes mencionadas… Algunas funcionan mejor y otras, peor. Me parece un acierto que la trama amorosa tenga más peso, pero creo que se ha abusado un poco del recurso. Parece que los creadores han intentado dar una historia romántica a todos y cada uno de los personajes para que haya «variedad». Sin embargo, creo que habría funcionado mejor si se hubiesen reducido los minutos de tramas románticas, que llenan y llenan los minutos de la serie pero que terminan resolviéndose de una forma un poco precipitada.

La vuelta de los «clásicos» de La casa de papel

Otro punto a destacar de la serie son las referencias a La casa de papel. Con apariciones de personajes como la mítica Alicia Sierra (Najwa Nimri) o Raquel Murillo (Itziar Ituño), el espectador reconecta con la serie que lo ha llevado a ver Berlín. Un elemento al que se le añade la estructura de montaje a la que La casa de papel nos tiene acostumbrados y el uso del color —en este caso, el verde y el dorado— como elemento diferenciador.

Crítica de Berlín, el spin-off de La casa de papel. En la imagen, Bruce y Keila, miembros del equipo, se miran a los ojos. Bruce tiene la camiseta de tirantes blanca levantada, enseñando los abdominales.

¿Es Berlín una serie necesaria en el universo de La casa de papel? Bajo mi punto de vista, no. Igual que tampoco lo eran necesarias las tres continuaciones que se estrenaron en Netflix ante el éxito de la serie. Pero que no sea necesaria no significa que no sea un producto que no se disfrute. Y Berlín se disfruta. A ratos más, a ratos menos, pero es una serie entretenida. Y nos permite ver, de nuevo, que en España se pueden hacer series muy buenas y de muchísima calidad.

Si tienes ganas de seguir ampliando el mundo de La casa de papel, podrás disfrutar de los ocho episodios de Berlín de los que os hablamos en esta crítica desde el próximo 29 de diciembre en Netflix.

Crítica rápida de Berlín, spin-off de La casa de papel : ¿por qué ver la serie?

  • Siempre es un gusto volver a ver una serie tan bien hecha como La casa de papel.
  • El carisma de Pedro Alonso consigue crear una serie alegre pero que mantiene la tensión.
  • A pesar de que centra demasiado la trama en el amor, mantiene la esencia de la serie original.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio