Los documentales de artistas y las proyecciones de sus conciertos en salas están de moda. Solo hay que ver el éxito que tuvieron el Renaissance: A Film by Beyoncé o el live de Taylor Swift a finales del año pasado. Ahora llega el turno de Antón, Pucho, C. Tangana, el Madrileño, que junto a Movistar Plus+ y Little Spain nos trae el estreno de su propio documental. Desde Film Hunters hemos podido verlo al completo y aquí os traemos nuestras sensaciones y la crítica de Esta ambición desmedida.
Presentado en la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián, el documental llega ahora como serie documental a Movistar Plus+, aunque la denominan mejor «una tragedia en tres actos». Son las tres partes en las que el documental completo se dividió en su estreno en cines (que duró únicamente un mes y en cines seleccionados). En este nuevo formato aparecen imágenes que no se pudieron ver el pasado octubre en su estreno.
Primer acto: El Madrileño
En esta primera parte nos encontramos el deseo de Tangana de dejar de hacer música para jóvenes y hacerla para adultos. Tenía dos discos preparados: uno de rap que se podía asemejar a sus inicios y uno de música latina. Aunque también deja claro que la música no es lo suyo. A pesar de ello, todo da un giro de 180º con El Madrileño y sus ritmos flamencos con la ayuda de artistas como El Niño de Elche o La Húngara.
Con esto llega el dilema de… ¿hacemos gira? Desde su compañía es lo que quieren, pero él se ve reticente porque no sabe cantar. Pero como siempre, al final lo que dicen lo jefes va misa. ¿El problema? Que Pucho quería hacerlo por todo lo alto. Y no le bastaba salir él solo al escenario, sino que necesitaba a un grupo de cuarenta y tantos artistas, además de un camarógrafo que se encargaría de hacer parecer al público que lo que estaban viendo sobre el escenario era una película.
Lo que no me ha gustado de esta parte, y que se repite en las posteriores, es la ficción que hay. Se trata de un documental, sí, con sus entrevistas, con las grabaciones de momentos más íntimos de su vida y demás. Pero en muchas ocasiones vemos cómo hay conversaciones pregrabadas, o incluso tomas repetidas que no se molestan en esconder. Además, a mi parecer, muchas de las conversaciones que mantienen a veces se ven forzadas y un poco guionizadas. Esto se contradice con lo que a veces dice el propio Pucho a la directora del docu, cuando ella le dice al cámara que no la enfoque: que es un documental, que hay que grabar todo como sucede. Hay que grabar todo y al final si a uno no le gusta, pues parece ser que se repite. En este aspecto, Esta ambición desmedida me ha perdido un poco.
Segundo: la ruina
Aquí se desarrolla un tema que ya mencionaron en el primer acto: el dinero. O la falta de dinero, más bien. Ya no es que no estuvieran ganando nada con esta gira, sino que estaban incluso perdiendo. Cuando acabó la primera parte de la gira, y de camino a Latinoamérica, se encuentran con infinidad de problemas, que hace que haya más de una discusión y pelea entre artista, manager, equipos y, al final, amigos.
No voy a mentir: no conseguí entradas para la gira de Sin cantar ni afinar. Y me enfadé. Mucho. Viendo todo lo que supuso la gira me hace preguntarme por qué Tangana no dio su brazo a torcer en cuanto a número de conciertos. Como dice su manager en un momento, tenían un Wanda (estadio del Atlético de Madrid) pero hicieron un Wizink (el antiguo Palacio de los deportes de Madrid). Aunque también entiendo el punto de vista del artista, el querer hacer algo único. Es por eso que agradezco poder ver en pantalla, y con una buena calidad, partes de la gira. Entre ellos, el poder ver a Estopa, Nathy Peluso o a la Tana es algo que merece la pena. No era posible una crítica a Esta ambición desmedida sin mencionar a estos artistas.
Tercer acto: el futuro de C. Tangana
Este acto se centra en el futuro del artista, en qué hacer después de esto. Lo que quiere hacer, en sus propias palabras, es «cerrar el caminito de la música». Hasta su madre afirma que lo que su hijo va a hacer ahora es cine, ya que no quiere más exposición. Little Spain, la productora detrás de este documental (de la mano de los directores Santos Bacana, Rogelio González y Cristina Trenas), y de todos los últimos visuales del artista, es seguramente el siguiente proyecto del artista. Ya que como dice, no sabe cantar (bien), pero el tema del marketing y de la producción lo lleva bien. Ya solo hay que ver la clase de ideas que se le ocurren y los proyectos que consigue llevar adelante.
Aunque no los lleva solos, sino que se rodea de un grupo de personas en los que confía y a los que en esta última parte agradece uno a uno por su esfuerzo y se disculpa alguna que otra vez por todas las peleas que hemos visto a lo largo del documental (y por las que no hemos visto también). Pucho es un genio, pero rodeado de esta gente lo es aún más.
Hoy lunes 22 de enero se estrena la primera parte de la serie documental, y si algo que esta crítica de Esta ambición desmedida deja claro es que la gira que llevó el artista por España y Latinoamérica fue tan grande y supuso un hito tan grande que ha sido necesario recopilar el detrás de las cámaras para enseñarlo al mundo. Y damos las gracias por ello.
Crítica de Esta ambición desmedida: ¿por qué ver el documental de C. Tangana?
- Poder ver momentos del directo de una de las mejores giras españolas.
- Ver todo lo que hay detrás a la hora de llevar a cabo una gira.
- Todas las peleas entre amigos.