En esta web nos gustan mucho los kdramas y todo lo que tenga que ver con Corea, como el reciente remake de La casa de papel. Y como fans os teníamos que recomendar uno que triunfó con su estreno y que está disponible en Netflix. Os acercamos la crítica de El rey: Monarca eterno, un drama con la ración perfecta de romance y fantasía que conquistó a todos los espectadores.
La serie se emitió desde abril hasta junio de 2020 con un total de 16 episodios. Cada uno de ellos con una duración aproximada de una hora y cuarto.
El rey: Monarca eterno, un drama adictivo desde el principio
El rey: Monarca eterno llega de la mano de Baek Sang Hoon (Descendants of the Sun, Love in the Moonlight) en la dirección y con el guion de Kim Eun Sook (Goblin, Mr. Sunshine). Desde el principio el drama tuvo mucha expectación debido a los actores protagonistas. En el papel femenino nos encontramos con Kim Go Eun (Goblin). Por su parte, en el papel masculino se encuentra Lee Min Ho (Boys Over Flowers) con el que fue su primer papel protagonista después de su servicio militar obligatorio. Ambos ya habían trabajado anteriormente con la guionista y el director en otros kdramas como The Heirs, Goblin o Descendants of the Sun.
En los dieciséis episodios de los que consta la serie, de una hora cada uno, vamos a ver un drama lleno de fantasía y romance en el que el villano ha abierto la puerta entre dos mundos paralelos. En uno se ve una Corea del Sur tal y como la conocemos. El segundo es el llamado Imperio de Corea, gobernado por un monarca. Este rey, Lee Gon (Lee Min Ho), tendrá que luchar para cerrar la puerta entre ambos mundos y arreglar todos los problemas que está causando los viajes entre ellos.
Lee Gon se verá atraído hacía la República de Corea no por algo sino por alguien. Cuando era pequeño su padre fue asesinado a manos de su tío Lee Lim (Lee Jung Jin), el villano que mencionaba antes. Es entonces cuando después de sobrevivir descubre una tarjeta identificativa. El nombre que aparece es el de la detective Jung Tae Eul (Kim Go Eun). Desde aquel momento su tío Lee Lim se ha escondido entre los mundos mientras trataba de conquistar ambos y tratando de pasar desapercibido sin que nadie supiese que estuviese vivo. A la vez, Lee Gon iba creciendo con un único pensamiento: encontrar a la persona de la tarjeta.
Unos protagonistas muy peculiares
Así a primera vista parece una trama más o menos sencilla, pero a medida que avanzan los capítulos todo se vuelve mucho más complejo y enrevesado. Aunque sí que es cierto que al principio puede descolocar un poco saber en qué lugar está cada personaje y cuál es su historia poco a poco todo se va aclarando. Se abren tramas sobre el amor, la traición, investigaciones policíacas y otros muchos elementos harán una historia mucho más rica argumentalmente. También se irá complicando al descubrir que las personas pueden existir en ambos mundos pero con distintas identidades.
Para eso hablemos un poco de los personajes. Ya he mencionado a Tae Eul, Lee Gon y Lee Lim, pero ampliemos un poco más sobre ello

Tae Eul es una detective en la República de Corea. Siempre ha estado interesada en ello y realiza su trabajo tan bien que nadie se le escapa. Pero su vida cambia cuando conoce a Lee Gon. La actriz también interpreta a Luna, una criminal en el Imperio de Corea al que mucha gente busca por los crímenes cometidos. Lee Min Ho es la tercera generación que está al frente del Imperio de Corea. La gente le ve como alguien ejemplar y con una apariencia perfecta. Pero a veces su rebeldía sale a la luz y a pesar de que el palacio es el lugar más seguro para él de vez en cuando se salta las reglas para salir de él. Y una de las razones principales será la búsqueda de alguien que lleva buscando desde que tiene 8 años: Tae Eul.
Finalmente Lee Rim, que es el villano de la serie. Es el tío de Lee Gon y guarda muchos resentimientos porque fue retirado de la línea sucesoria a pesar de ser el hijo mayor. El problema llegó porque era hijo de una concubina.
Unos personajes secundarios muy queridos
Y qué es una serie sin esos personajes secundarios que muchas veces son los que más reciben la atención de los espectadores. Por eso, en esta crítica de El rey: Monarca eterno no podía dejar de hablar de ellos.
Mi personaje favorito, y el de la mayoría de los espectadores, es Jo Young/Eun Seob (Woo Do Hwan). Si para Lee Min Ho este ha supuesto el primer drama tras su servicio militar, para Woo Do Hwan fue lo contrario, ya que después del rodaje ingresó en el servicio. Él interpreta a Eun Seob en la República de Corea, un trabajador del servicio público que tiene que cambiar su vida cuando sus padres tienen gemelos. Pero en el Imperio de Corea su papel será muy diferente. Interpreta al mejor amigo, capitán y guardaespaldas de Lee Gon. Un hombre al que todo se le da bien y que sigue las normas pase lo que pase.

Por último, mencionamos a dos personajes que también son muy importantes en la serie. El primero es Kang Shin Jae (Kim Kyung Nam). Un detective y compañero de equipo de Tae Eul que ha vivido mucho más de lo que parece. La segunda es Gu Seo Ryung (Jung Eun Chae), la Primera Ministra de la monarquía coreana que desea lograr el éxito en el país y en el corazón de Lee Gon.
Una polémica más allá de la realidad
Todos ellos conjugarán una red de relaciones muy interesante. La trama entre mundos es, lógicamente, lo más interesante del drama y ver cómo pueden llegar a afectar ambos mundos a los personajes. A medida que la serie va avanzando nos va a ir sorprendiendo mucho más. Es un drama que sabre crear muy bien la intriga. No solo tenemos el componente del amor, sino que hay una atrayente mezcla con lo policíaco, el secretismo que circula alrededor de la puerta para viajar al otro mundo y comedia, sobre todo por parte del personaje Eun Seob. Todo ello es el conjunto perfecto para que nos llegue al corazón. La evolución de los personajes es impresionante, desde el rechazo a lo desconocido al entendimiento de lo que está pasando alrededor sin ellos saberlo.
A pesar de todo, el drama tampoco se libró de las críticas. Dos de las controversias más oídas fueron la inexactitud histórica al emplear arquitectura, ropa y otros objetos de distintas dinastías y la supuesta similitud con Japón. Algunos objetos se pueden asociar con la dinastía de Silla y otros con la de Joseon. Épocas muy distintas para los coreanos. Pero recordemos que es un drama ficticio en el que viajan entre mundos, por lo que esto no debe preocuparos. En el caso de la segunda, Corea todavía es muy susceptible con el tema japonés debido a su invasión en los años 1900 por lo que a los japoneses no les ha gustado ciertos aspectos que se tratan en la serie. Pero como he mencionado, no es algo que os tiene que echar para atrás porque no hace que se disfrute menos la serie.

Cuando veáis el drama no vais a querer otra cosa que querer viajar entre mundos, tener un Lee Min Ho en vuestra vida y que os proteja como su personaje protege lo que más le importa. Si queréis adentraros en una serie diferente, con una trama novedosa y atrayente esperamos que esta crítica de El rey: Monarca eterno os haya hecho decidiros a adentraros en un mundo mágico.
Crítica rápida de ‘El rey: Monarca eterno’: ¿por qué ver el drama?
- Un elenco excelente
- Un drama que hará que se te encoja el corazón
- ¿Lo malo? Vais a gastar muchos pañuelos