El verano es tiempo de historias de amor, sol, playa… y también un poquito de sangre. O, al menos, eso es lo que podemos ver en las plataformas. Después de que Netflix estrenara el pasado mes de julio la adaptación de Un cuento perfecto de Elísabet Benavent, la plataforma de streaming cuenta de nuevo con el protagonista de la miniserie, Álvaro Mel, pero en vez de para contar una historia de amor, lo hará para hablar de un grupo de lectores y unos misteriosos crímenes a los que se enfrentan. Y os hablamos de ello en esta crítica de la película El club de los lectores criminales.
Quizá, si eres lector, el título te suene de antes. Y es que El club de los lectores criminales es la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Carlos García Miranda del año 2018. De hecho, el propio autor se ha encargado de hacer el guion de la película, de apenas hora y media de duración —¡gracias!— que, según se puede apreciar en la sinopsis, tiene ligeros cambios aunque mantiene la esencia.
El libro, según indica la sinopsis de cualquier punto de venta, trata sobre un club de lectura del aclamado escritor Stephen King en la Universidad Complutense de Madrid. En la película estos elementos cambiarán a un genérico club de lectura de terror en la universidad CMSU —que en ningún momento se especifica qué universidad es—. A partir de ahí, todo empieza a coincidir. Tras una trágica muerte, los integrantes del club se convertirán en los protagonistas de su propia historia de terror. Y con un escritor «fantasma» (o payaso) decidiendo sus futuros, cualquiera puede ser el próximo en morir en el siguiente capítulo.
Crímenes… con final predecible
Con este argumento, El club de los lectores criminales ofrece una clásica historia de terror al estilo Agatha Christie, en ámbito universitario y con la lectura y la escritura como telón de fondo. Y no os voy a mentir: lo que me hizo adentrarme en el filme fue precisamente eso. Soy una apasionada de cualquier libro, película o serie que hable de literatura en cualquiera de sus formas, y en El club de los lectores criminales esto es, precisamente, el punto fuerte de la película.
¿El punto débil? Precisamente que el recuerdo a Agatha Christie es simplemente eso, un recuerdo. Desconozco si en el libro la trama está más elaborada o quizá es más sorprendente el resultado final, pero en la película de El club de los lectores criminales todo resulta de lo más predecible. Aunque se vislumbran ligeros esfuerzos por hacer dudar al espectador sobre quién puede ser el misterioso escritor que juega con la vida de los protagonistas, quedan en un intento; se puede intuir con bastante claridad cuál va a ser el final de la cinta.
Esto no es algo necesariamente malo. Si lo que buscas es una película sencilla, corta —recordemos, solo hora y media, podemos pedir un deseo en este mundo plagado del estándar de cine de tres horas, véase Oppenheimer— y que te dé esa satisfacción momentánea de haberte creído tan listo como el creador averiguando cuál es el final, probablemente El club de los lectores criminales te guste. Si, como yo, buscabas cierta sensación de sorpresa… probablemente te falte algo.
Slasher en el mundo literario
Aun así, El club de los lectores criminales es un producto bastante sencillo, ágil y entretenido. Vamos, lo que se suele buscar en una calurosa tarde de verano. Las actuaciones son buenas y el trasfondo literario, como decía al inicio de esta crítica de El club de los lectores criminales, es de lo mejorcito de la cinta. Al final, lo que hace que se desinfle un poco es que es bastante predecible.

Si después de leer esta crítica de El club de los lectores criminales te han entrado ganas de ver este slasher con trasfondo de mundillo literario, estás de suerte: podrás verlo a partir del día 25 de agosto en Netflix.
Crítica rápida de El club de los lectores criminales: ¿por qué ver la película?
- El trasfondo del mundo de la literatura es de lo mejor de la cinta.
- La idea general es, en cierto modo, innovadora.
- ¿Lo peor? Lo predecible que es el final.