La primera temporada de la serie de Cassian continúa, y de qué manera. Después del frenético capítulo de Aldhani (cuyo resumen podéis leer aquí), la ficción de Rogue One vuelve al clásico ritmo del principio de temporada. Y no, no es para nada un problema a la hora de enganchar y contar la historia de Cassian, porque, si pareció complicado lo de Aldhani… la guerra política entre la Alianza y el Imperio no ha hecho más que empezar. Y sí, va a pillar al de Kenari en medio. ¡Empiezo con el resumen de Andor 1×07, así que cuidado con los spoilers a partir del siguiente párrafo!
Ya se veía venir, pero lo de Aldhani fue una absoluta locura. Y no me refiero solo al plano cinematográfico, aunque también (menuda maravilla el espectáculo del Ojo). El plan de Luthen Rale (Stellan Skarsgård) para hacerse con el dinero de la guarnición imperial parecía una ida de olla, y, en efecto, lo fue. Todo parecía ir acorde al plan, a pesar de las dudas que tuvo Vel (Faye Marsay) para dar la luz verde. Lo que no previeron los rebeldes fue la rapidez con la que contraatacaron los soldados destinados en la base, que les pillaron a medias mientras cargaban los ocho millones en la nave. De los siete rebeldes que formaban parte del equipo, solo consiguieron salir de allí tres: Cassian, Vel y Cinta. Ni Skeen, ni Nemik, ni Gorn, ni Taramyn.
La gran pregunta que cierra el capítulo anterior y abre este es: ¿qué va a hacer ahora el Imperio? Porque la noticia no tarda nada en llegar a Coruscant. Y, para entender la respuesta, hace falta un poco de contexto: cronológicamente hablando, Andor es antes de Luke, de Leia y de Rogue One. Es decir, claro que el Imperio sabe que hay una facción que no está de acuerdo con su gobierno, pero no hay una Alianza Rebelde organizada todavía. Hay focos, pequeñas zonas que se resisten al control del Imperio, pero no existe la Rebelión. Y ahí es donde entra el plan de Luthen Rale.
Cuestión de política: del Senado a la tienda de antigüedades
Ese es el recorrido que tarda nada y menos en hacer Mon Mothma (Genevieve O’Reilly) cuando se entera de lo de Aldhani. Y no, no lo hace contenta. Ni siquiera sabe que lo ha organizado todo Luthen, pero es más consciente que nadie de los problemas que va a traer a nivel galáctico. Al fin y al cabo, es senadora y sabe cómo opera el Imperio.
Al que le falta poco para ir a celebrarlo es a Rale. Empieza a hablar con Mon y, cuando ella se entera de que él organizó el ataque a la guarnición, se queda blanca. Sabe que el Imperio va a contraatacar, y sabe que la cuerda que rodea el cuello de todos los ciudadanos está a punto de apretarse considerablemente. El que parece ajeno a toda consecuencia es Luthen, que le dice a Mon que ese era el objetivo. Una reacción hostil. Una mano que dé un motivo de peso a los ciudadanos para empezar la revolución.
Mon se marcha, visiblemente preocupada, y se reúne con un amigo suyo de la infancia, Tay Kolma (Ben Miles) durante una fiesta organizada en su casa en Coruscant. Le dice que necesita su ayuda a nivel político, y Tay le dice que no van a coincidir en ideología. Su mentalidad se ha alejado un poquito de la del Imperio. Claro, que la de Mon también, por lo que le cuenta que está implicada en la lucha y que necesita acceder a sus fondos familiares. ¿Por dónde tirará la dimensión política de la serie ahora que hay otro implicado, además de Luthen y Mon?
El fallo del Imperio y el golpe sobre la mesa de Dedra
El Imperio muerde, de lleno, el anzuelo de Luthen. Tienen claro que no van a permitir ni una sola infracción contra el Imperio, así que tiran con mano dura en todos los sectores imperiales: revisión de todas las sentencias y nuevas leyes. Cada acto criminal remotamente relacionado con el Imperio va a recibir un castigo sin precedentes, porque, tal y como dice el alto cargo que explica las nuevas directrices a los de la base, nadie roba al Imperio.
Pero Dedra no coincide. Sabe que eso es lo que quieren los rebeldes, y que el sistema de división por sectores está obsoleto. Haciendo gala de su inteligencia, se acerca a un almirante de la base y le pide, al amparo de la nueva normativa militar, acceso a los documentos de Ferrix otra vez. Y, al igual que con el primer intento de Meero, el comandante Blevin no está nada contento y se lo comenta a su superior en plena reunión. Dedra, que no se calla ni una, le dice al superior que sí, que ha vuelto a solicitar la documentación. Que sabe cómo pillar a los rebeldes, y no va a ser gracias al sistema por sectores. El superior, impresionado, le da el control en el sector de Ferrix y le dice que vigile bien sus espaldas.
Por otro lado, Siryl sigue intentando recomponer los trocitos de su vida después del fiasco de Ferrix como Pre-Mor. Su madre le consigue (en contra de su voluntad) una entrevista para trabajar en una especie de oficina. Y Siryl, todavía afectado por lo de Cassian, se sincera con el entrevistador: quiere limpiar su expediente, quiere encontrar a Andor y llevarle ante la justicia. Consigue el trabajo y acceso a bastante documentación.
¿Qué pasa con los supervivientes de Aldhani?
Esa, esa es la pregunta. Casi media temporada siguiendo de cerca la preparación del ataque a la guarnición y, de repente, cada uno por su lado. Estaba claro que Cassian iba a desaparecer, pero no me esperaba que volviera a Ferrix para ver a Maarva (Fiona Shaw) y a Bix Caleen (Adria Arjona). Andor no lo sabe, claro, pero Blevin estableció un control imperial férrico en el sistema justo después del fallo de los Pre-Mor, así que ahora están bajo mano de hierro con bastantes soldados de asalto pululando por la calle.
Aun así, Maarva es cristalina con Cassian: no va a huir. Está harta de dejar ganar al Imperio, y lo de Aldhani ha sido un soplo de aire fresco. Se lo explica tal cual a su ahijado. Si varios rebeldes son capaces de jugársela y entrar en una guarnición imperial, ¿por qué va a huir ella? O incluso Bix, que no está nada contenta de ver de vuelta al de Kenari y que, a juzgar por la herida que tiene en la cara, ya ha tenido algún encontronazo con los imperiales. Eso sí, se la ve afectada cuando Cassian le dice que se marcha otra vez.
Andor pone tierra de por medio y se marcha a un sistema tropical, pero ya no hay sitios libres del Imperio, como le dice Maarva. Un soldado le detiene en la playa por una actitud sospechosa y le pone a disposición judicial. Y hay endurecimiento de sentencias, así que le caen seis años solo por mirar hacia los lados cuando vio al soldado persiguiendo a otro tío.
Vel, por su parte, se reúne con una enviada de Luthen, que la felicita por el trabajo de Aldhani y le dice que tiene otra misión. Rale quiere deshacerse de Cassian, y se lo encargan a ella. Así que me parece adecuado cerrar el resumen de Andor 1×07 diciendo que el capítulo 8 tiene todas las papeletas para ser épico.