Desde hoy ya podéis ver en Netflix un nuevo reality en el que nadie se espera todo lo que puede pasar. Hoy en nuestra crítica os hablamos de Falso amor, el nuevo programa presentado por Raquel Sánchez Silva que llega de la mano de Cuarzo Producciones (Banijay Iberia).
Falso amor es un formato innovador en el que cinco parejas se enfrentan a la tecnología deepfake, una modalidad de inteligencia artificial que modifica las imágenes y obliga a los concursantes a debatirse entre qué es real y qué no.
Nosotras hemos podido ver previamente los primeros cuatro episodios, pero no será hasta el próximo 13 de julio cuando se de a conocer qué pareja es la ganadora y que se llevará un premio de 100 000€.
En busca de la mentira
Cinco parejas son las que viajan al paraíso para poner a prueba si su amor es real o no. Pero la inteligencia artificial les distorsionará la realidad hasta límites que no pensaban llegar a alcanzar.
La primera de las parejas es la de Ramón y Alejandro, llevan 5 años de relación y consideran su relación idílica. Entran buscando echarse de menos y a aprender a vivir separados. Otra pareja que lleva 5 años son Ángel y Gabriela, ellos aseguran que tienen una relación perfecta y que con una mirada lo dicen todo. ¿Será verdad?
La tercera pareja la forman Javi y Paula. Ellos llevan 9 años juntos pero la infidelidad ya les ha hecho separarse en alguna ocasión. Llegan a la isla para confirmar su amor e iniciar su vida en Australia. Seguimos con Rubén e Isa que, con tan solo 8 meses de relación, él le pidió matrimonio y ahora se asegurarán de si su relación es tan mágica. Y, por último, Manuel y Aida. 1 año y medio juntos, comprometidos y con muchas ganas de confirmar que son el alma gemela del otro.
Un formato ya conocido, pero con novedades
En realidad, este formato os puede sonar algo parecido, ya que básicamente sigue las líneas de La isla de las tentaciones, pero con un nuevo factor que les hará plantearse muchas más dudas y que les hará plantearlo todo más como un videojuego.
En Falso amor, todas las parejas se separarán al comienzo del programa y se irán a vivir a Villa Marte y a Villa Venus. Lo harán indistintamente. No habrá una villa de chicos y otra de chicas, sino que estarán mezclados compartiendo miedos, inseguridades y por supuesto, un puñado de solteros encargados de ponerlo todo patas arriba.
Para mí, es un programa que me ha resultado ameno de ver, pero va todo como muy rápido. No hay mucha conciencia de los días que pasan y parece que a veces falta información. Esto a veces se nota cuando tienen que ir a la Sala Blanca, donde verán los visionados de sus parejas en la otra villa. En esta ocasión, y separándose un poco del programa de Telecinco, aunque todos los solteros estén en la sala las imágenes solo las podrá ver la persona de la que sea el turno.
Los sentimientos están en juego
Esto es así porque es esa misma persona quién tendrá que decidir si lo que está viendo es real o es un montaje que se ha realizado con ayuda de dobles. Cada vez que vean imágenes Raquel les propondrá pulsar el botón de realidad o el de ficción. La pareja que al finalizar el programa haya acertado en más ocasiones será la ganadora.
En el programa, como decíamos, todo se trata más como un juego, pero eso no quita que haya relaciones de pareja en juego y, sobre todo, muchos sentimientos. Como siempre, al principio todas las parejas parecerán contenerse, pero cuando se empiezan a poner a prueba es cuando empieza el verdadero juego y a nosotras nos da salseo del bueno.
Falso amor es el programa indicado para esas tardes en las que quieres olvidarse de todo, y es lo que queremos recalcar en nuestra crítica. Son muchos los programas de este estilo que salen a la luz, recordemos también Infierno para solteros, y esta vez hay un factor nuevo que puede dar más de una sorpresa. Y vosotros, ¿os atreveríais a enfrentaros a la inteligencia artificial?
Crítica rápida de Falso amor: ¿por qué ver el reality?
- Logra diferenciarse de los programas del mismo estilo
- Perfecto para ver en una tarde
- Hay mucho salseo