La película Chavalas, estrenada en septiembre del año pasado, es una oda a la amistad de siempre y a la vida en el barrio. Al igual que hace unas semanas hablábamos de cómo Nosotros no nos mataremos con pistolas giraba en torno a un reencuentro entre amigos de la infancia, hoy os traemos a nuestra web la crítica de Chavalas, que comparte con esta última esta premisa, y también temáticas como la juventud, metas truncadas y futuros inciertos.
Marta, interpretada por la actriz Vicky Luengo, es una joven fotógrafa original de Cornellá. Hace unos años que se trasladó al centro de Barcelona para buscar suerte y convertirse en lo que siempre había deseado: una artista. Sin embargo, todas las oportunidades de hacer volar su carrera le llegaban a todo su círculo dentro de la ciudad, menos a ella. Una vez perdida la esperanza, Marta se ve obligada, muy a su pesar, a regresar a la casa de sus padres. Esto significa también regresar al barrio que le vio crecer y desarrollarse como persona.
El contraste entre el centro y la periferia
La vuelta al barrio supone una gran tragedia para la protagonista, ya que lo vive como si fuera un retraso en la trayectoria de la vida que le gustaría tener. En Cornellá la recibe su grupo de amigas de siempre. Al contrario de Marta, sus vidas parecen no haber cambiado desde el instituto, o al menos así es desde los ojos de Marta.
El reencuentro entre Marta y sus amigas (interpretadas por Carolina Yuste, Elisabet Casanovas y Ángela Cervantes) representa en parte las diferencias entre la vida de la gran ciudad y la de la periferia. El conflicto entre ambos mundos se refleja en los conflictos que surgen entre Marta y al resto del grupo, que sigue reuniéndose en el banco de siempre como acostumbraban a hacer en su adolescencia.
Chavalas presenta unos diálogos fluidos y realistas
Conforme avanza la película, el futuro negro que en un principio parece que le espera a la protagonista empieza a vislumbrar diferentes claros de esperanza. Para sorpresa de Marta, poco a poco se deja entrever cómo el arte también se puede crear más allá del centro de las grandes urbes. Asimismo, se refleja también cómo espacios comunes como las plazas o bares de los barrios pueden ser grandes fuentes de inspiración para cualquier artista. De igual manera, la película muestra cómo el personaje interpretado por Vicky Luengo se reencuentra a sí misma y realiza un maravilloso viaje en el que pasa del sentimiento de vergüenza al máximo orgullo.
En este viaje, el espectador logra empatizar más con el grupo de amigas que con la propia Marta. En diferentes momentos del filme su actitud y acciones son, en ocasiones, difíciles de comprender. Además, la cinta creada por la directora Carol Rodríguez Colás nos hace reflexionar acerca de algo tan común como son los prejuicios. Así, la película se convierte en una historia de crítica social. Y en cuanto al tono en el que Colás realiza esta crítica en Chavalas, resulta curioso ver cómo para ello utiliza la comedia.
Por último, hay que destacar las actuaciones de sus protagonistas, a las que se las ve muy a gusto en el papel. Los diálogos son fluidos y realistas, lo que da dinamismo a las escenas. También ayuda a la hora de que el espectador empatice aún más con las amigas que siguen en el barrio. La única pega podría ser que en ocasiones en los diálogos se recurre a chistes comunes y simples, que nos pueden hacer desconectar de la película.
Crítica rápida de Chavalas
- La película representa de manera realista cómo es la vida en el barrio
- La amistad entre las protagonistas conquista al espectador por su autenticidad
- Chavalas es divertida, aunque a veces pueda ser previsible