Crítica de ‘El cuarto pasajero’: una comedia imprevisible sustentada por sus personajes

Crítica de El cuarto pasajero

Todo lo que pueda salir mal, saldrá fatal. Creo que esa es la premisa que mejor describe a los filmes un tanto surrealistas de Álex de la Iglesia. Y, como no podía ser de otro modo, la que describe al último de ellos: El cuarto pasajero. En esta producción de Telecinco Cinema, el director nos ofrece una muestra más de su modo tan particular de hacer cine y en esta crítica de El cuarto pasajero os contamos por qué merece la pena.

A partir del tráiler —o simplemente de los avances en televisión— se puede intuir el tipo de película que nos espera: realista con los más estrambóticos toques de surrealismo. Aunque claro, eso no puedes intuirlo si lo único que haces es ver el inicio de la película. En este, Julián (Alberto San Juan), comienza con una sencilla frase romántica: «Te quiero, Lorena». Una frase de un discurso que tiene apuntado en una hoja arrugada y con el que pretende confesarse a la que parece el amor de su vida.

No tardamos en ver que Lorena (Blanca Suárez) es una joven veinte años menor que él que se ha convertido en su compañera de coche durante los fines de semana. Tiempo en el que Julián y ella aprovechan para recorrer la distancia que separa Bilbao y Madrid en el flamante y adorado Volvo de Julián. Aunque Lorena es habitual en estos viajes, quedan otros dos asientos por rellenar con personas que necesiten hacer ese mismo trayecto utilizando un BlaBlaCar. Y siempre son diferentes.

El cuarto y pesado pasajero

En esta ocasión, Julián tiene pensado declararle sus sentimientos a Lorena, pero los dos compañeros de viaje escogidos le pondrán las cosas un poco complicadas. Uno de ellos es Rodrigo (Ernesto Alterio). Y Rodrigo es… Es Rodrigo. Complicado, extravagante y a veces un pesado de manual. Y el otro es Sergio (Rubén Cortada), el típico tío guapo que podría robarle a la chica si quisiera.

Con estos cuatro personajes y esta sencilla historia de amor, Álex de la Iglesia nos embarca en una comedia con ligeros toques de romance, mucho surrealismo y un poco de acción. Y la combinación da como resultado una película sencilla, con la que pasar un buen rato y reírse y que al final resulta de todo impredecible. Algo que no es común dentro del género.

Si bien es cierto que una de las mejores cosas del director es que nunca pierde el factor sorpresa, en El cuarto pasajero lo que más destaca es la comedia. Y, por encima de todo eso, la brillante actuación de Ernesto Alterio. Su personaje no solo es una caja de sorpresas constante, sino que es, para mí, el motivo por el que una trama que podría volverse soporífera te despierta constantemente. Y sí, también te hace reír.

Crítica de El cuarto pasajero

Alberto San Juan, por su parte, lleva el papel protagonista con soltura y con acierto. Blanca Suárez y un más opacado Rubén Cortada ayudan a llevar la trama y a enganchar al espectador.

Sencillez y comedia

En cierto modo, El cuarto pasajero recuerda, quizá por su género, a lo ya visto en Perfectos Desconocidos. Una película sencilla, con toques de comedia y que sorprende con sus giros finales. Por lo que si lo que más te ha gustado del director se acerca más a este lado más comercial y menos a películas como Las brujas de Zugarramurdi, es la elección correcta. Incluso puede que encuentres ella un poco de la acción que nos dio Bullet Train.

Entre los aspectos negativos del filme, aparte de su sencillez, destacaría ciertas situaciones que, por exagerar el lado cómico, caen en lo inverosímil. Errores pequeños que, en muchas ocasiones, consiguen sacarte de la película.

Sin embargo, en líneas generales podríamos decir en esta crítica que El cuarto pasajero es una buena película. No brillante, pero sí buena. No tanto por su trama, sino por la selección de los actores y por la creación de los personajes, que llevan todo el peso. Una película que te puede gustar si ya lo hizo Perfectos desconocidos y de la que podrás disfrutar en cines a partir del 28 de octubre.

Crítica rápida de El cuarto pasajero: ¿por qué ver la película?

  • El personaje de Ernesto Alterio, que es una caja de sorpresas constante.
  • La imprevisibilidad que siempre caracteriza a Álex de la Iglesia.
  • Es una comedia sencilla, que sorprende y con la que pasar un buen rato.

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