Disney+ cerró el miércoles pasado doce semanas de obra maestra audiovisual. Con el capítulo 12, la plataforma puso el primer punto y aparte de la historia de Cassian Andor, el capitán rebelde que decantó una guerra inalcanzable para la Alianza contra el Imperio. Y, la verdad, es uno de los personajes más complejos que ha presentado la saga de Star Wars hasta la fecha. Porque no, el capitán Andor no fue siempre un héroe y, desde luego, no siempre luchó por una causa que involucrara a otros. Así que, sin entretenerme más, empiezo con el último artículo (por un tiempo): el resumen de Andor 1×12. Y hoy, más que otros días, cuidado con los spoilers que empiezan en el siguiente párrafo, porque voy a destripar la temporada.
En el capítulo 11, Cassian terminaba por desmoronarse. Después de una épica huida de Narkina 5 con Melshi, llamaba a casa para hablar con Marvaa y su amigo le decía que acababa de fallecer. Teniendo en cuenta que ella era el faro de Andor, la muerte de su madre adoptiva marcaba un antes y después en la vida del escurridizo delincuente de Kenari. Mon Mothma se hundía en la trama económica y se derrumbaba con Vel, a quien comentaba que iba a aceptar la propuesta de Davo de casar a sus hijos según las tradiciones de Chandrila. Y el Imperio, aún con Bix Caleen secuestrada en el hotel, continuaba con la incesante búsqueda de Cassian y de Luthen Rael.
Mon Mothma y la lucha por sobrevivir bajo el foco
Es curioso, pero la evolución de Mothma es un poco la opuesta a la de Cassian (que ahora analizaré con más detalle). La senadora es un férreo ejemplo de principios desde el primer capítulo, y es verdad que ofrece una cara muy distinta al Senado para tapar la lucha de los rebeldes, pero tiene clara su batalla. Y, lo que es más importante, tiene claro quién es y por qué pelea.
Pero el tema económico y el hecho de que el Imperio empiece a estrechar el cerco sobre su descubierto bancario la deja en jaque. De repente, se encuentra con un enemigo tremendamente colosal y su forma de pelear se queda corta. Ya no es cuestión de diplomacia, las relaciones políticas no van a hacer que vuelvan los cuatrocientos mil que faltan en su cuenta bancaria. Y Tay Kolma le dice que recurra a Davo Sculdon (Richard Dillane), pero recurrir a Davo significa obligar a su hija a vivir con una tradición obsoleta que ella sigue pagando: casarse a los quince años sin saber bien qué es el amor, como ella con Perrin.
Con toda esa carga sobre sus hombros, el personaje de Genevieve O’Reilly llega al final de temporada absolutamente demacrado. Y adopta una actitud resignada. Lo ha intentado, ha intentado darle a su hija la vida que ella quería que tuviera, pero su hija abraza las tradiciones de Chandrila como si fueran propias. Siendo consciente de que el Imperio tiene ojos y oídos en todas partes, y sabiendo que el chófer la espía, deja caer en el coche que Perrin ha vuelto a apostar (para justificar el descubierto) y se reúne con Davo para poner en marcha el compromiso.
Un cruce de caminos que termina en Ferrix
Esto es lo mejor del capítulo. Hasta ahora, había varias tramas con diferentes protagonistas muy diferenciadas: Dedra y el Imperio, Rael y la Alianza, Mon y el Senado y Cassian. Pero ya no. Y la pieza que lo conecta todo tiene nombre y apellido: Maarva Andor. Con motivo del funeral, a Dedra y a Luthen se les ocurre la misma idea, y es viajar hasta Ferrix para atrapar a Cassian de una vez por todas (bueno, en el caso de Rael, Vel y Cinta, matarlo). Y el soldado Pre-Mor que estaba metido en todo el fracaso estrepitoso con el que empieza la serie avisa a Syril y los dos viajan también a Ferrix. Así que… ¿reunión de protagonistas?
Pero lo mejor de todo es lo bien justificado que está el «cross-over». La única trama que queda separada es la de Mon porque no tiene ningún motivo para ir hasta el planeta industrial, pero todos los demás sí. Dedra dirige las operaciones del Imperio en ese sector, Luthen dirige las de la Alianza, Vel y Cinta tienen el encargo de matar a Cassian, Syril no olvida el fracaso y quiere redimirse. La motivación de todos y cada uno de los personajes se resuelve en el mismo punto de convergencia. Un cruce de caminos que termina en Ferrix.
¿Cuál es el gran problema? Que Cassian ya no es el mismo que dejó Ferrix en un hábito de supervivencia. Y es curioso, porque, si lo fuera (que es lo que esperan todos), ni siquiera se arriesgaría a viajar a Ferrix. El motivo por el que vuelve a casa es porque Narkina 5 y la garra de su madre adoptiva han sido catárticos. Vuelve porque ha cambiado. Y vuelve para un último adiós a Maarva, pero no solo por eso.
El nacimiento de un héroe
Y, en medio en la contradicción de que Cassian aparezca en medio de un montón de gente que le quiere muerto siento un tío completamente diferente, surge el héroe de la Alianza. Andor viaja para despedirse de su madre y recuerda un poco todo su pasado, incluyendo la muerte de Clem (marido de Maarva). Y, una vez en Ferrix, habla con Brasso y le dice que Bix está detenida en el hotel.
Podría decir que nunca he visto a Cassian tan determinado, pero en verdad sí lo ha estado. Lo que pasa es que, esta vez, lo que tiene en mente no es salir corriendo. Desde un punto estratégico de la plaza, ve el funeral (que se adelanta y pilla desprevenidos a los imperiales) y ve a Rael buscándole. Y es la mejor escena de toda la serie sin ninguna duda, una clase maestra de intensidad y crescendo que termina con un mensaje de Maarva que reproduce B2EMO. Un mensaje animando a la rebelión que estalla la guerra en Ferrix. Cassian consigue huir con Brasso, Bix y un par más y busca a Rael para decirle que quiere unirse a la causa.
Al final era el objetivo de la historia, ¿no? Y parece que la segunda parte se va a centrar en la consolidación de Cassian Andor como uno de los soldados más valiosos de la Alianza Rebelde. De momento, nos tendremos que conformar con un ex-delincuente que se ha cansado del Imperio. Un egoísta que, curiosamente, en medio de la huida, se ha encontrado con la realidad que no veía: un gobierno tirano e injusto que se aprovecha del poder para controlar a la gente. Y quizás esa sea la clave, un hombre torturado por el pasado que ya ha visto demasiado y dice «basta». Yo estoy deseando ver la próxima temporada.