Una semana más, HBO Max estrena un nuevo capítulo de La casa del dragón (House of the dragon). Y a cada semana nos vamos encariñando más con los personajes y haciendo nuestras propias cavilaciones de un futuro que, a diferencia de Juego de tronos, está más o menos claro. Aun así, la serie intenta sorprender a su manera cada semana manteniendo su esencia. ¿Quieres saber qué pasó en el cuarto capítulo? Te lo contamos en nuestro resumen de La casa del dragón 1×04.
La casa del dragón, resumen del 1×04
Si no has visto nada de La casa del dragón, es hora de que dejes de leer, porque a partir de aquí comienza los spoilers. Como comentaba en el resumen del 1×03, el capítulo terminó con Daemon Targaryen (Matt Smith) ganando la batalla en los Peldaños de Piedra con sorprendente facilidad. Solo necesitaba un poco de caridad de su hermano para ganar. Qué fácil.
El caso es que con esto en mente comenzamos el 1×04. De nuevo, con un salto en el tiempo, porque la reina Alicent (Emily Carey) ya ha tenido a su nuevo vástago y Rhaenyra (Milly Alcock) se encuentra en pleno evento para escoger marido. Y aquí vemos una vez más la esencia de la serie, porque los pretendientes de Rhaenyra son viejos y niños que presentan las maravillas de su familia y de la fantástica unión que podrían formar. Todo política, y eso a Rhaenyra no parece gustarle, así que se marcha justo cuando sus pretendientes se ponen a luchar hasta la muerte.
Cuando Rhaenyra vuelve a Desembarco del Rey, ve un dragón en el aire. Que podría ser uno de los suyos, pero por lo que sucede a continuación todo parece indicar que es el que Daemon llevó a los Peldaños de Piedra. Porque sí, Daemon está de vuelta. Ha sido nombrado Rey del Mar Angosto por haber ganado la guerra, pero se muestra inexplicablemente leal a su rey, porque le da a Viserys (Paddy Considine) la corona que le han otorgado y le dice que los Peldaños de Piedra ahora son suyos. Un poco raro todo.
Recuperando relaciones perdidas
El caso es que, después de este regreso, parece que Daemon y Viserys empiezan a recuperar su relación en cuestión de minutos. Al fin y al cabo, el reino está en deuda con Daemon. Quienes también se acercan un poco más —con un poco menos de sentido, debo decir—, son Alicent y Rhaenyra. Hablan sobre la elección de pretendiente y el posible enfado del rey como si ya no hubiese ni una gota del rencor que las había hecho alejarse. Como digo, raro.

Pero por raro que sea, supongo que es el modo que tienen de centrar, de nuevo, este capítulo en el futuro matrimonio de Rhaenyra. La chica está claro que no quiere casarse. Y así se lo hace saber a su tío Daemon, con el que mantiene una conversación en Alto Valyrio expresándole su miedo a casarse y convertirse en un vientre para hijos que podrían matarla.
Esta conversación es útil porque se puede apreciar la buena relación entre tío y sobrina —que, honestamente, es una de las más interesantes de la serie—, pero también sienta las bases de qué pasará a continuación. Rhaenyra le pregunta por qué ha vuelto, y Daemon no parece tener respuesta…. Aunque todo apunta a que tiene un plan.
El plan de Daemon Targaryen
Sus planes comienzan dejando a Rhaenyra una nota con ropa para que se disfrace de chico y escape de palacio con él. Se lleva a la chica a la ciudad, a ver a mucha gente teniendo sexo en las esquinas y, también, una representación teatral en la que dejan muy clara su opinión sobre ella. Para el pueblo, un pene vale mucho más que ser la primogénita, por lo que Aegon es el preferido.
Podría parecer que esto es todo, pero lo interesante viene ahora, cuando Daemon lleva a Rhaenyra a un prostíbulo. Por qué de repente se quita el disfraz y deja que todo el mundo vea su cabellera rubia es un misterio. Igual que lo que pasa ahí. Se intuye, pero no porque se vea bien. Cada vez las series tienden a hacer escenas más y más oscuras, hasta el punto de frustrar al espectador por no poder saber qué está pasando. Pero bueno, este es otro tema.
El caso es que viene bien que no se vea bien qué pasa. Daemon y Rhaenyra se besan y todo parece indicar a que no pasa nada más entre ambos, pero la negrura puede hacer dudar al espectador. Y es clave para lo que pasa a continuación.
Con su visita al prostíbulo, parece que Daemon quería enseñarle a su sobrina que el sexo no es algo de lo que deba tener miedo. Que es un placer más del que ella podrá disfrutar. Y la chica, con ganas de más después de que su tío la haya dejado con la miel en los labios… va a buscarlo en otra parte.
Seducción, secretos y mentiras
¿Lo imagináis? Seguro que sí. La complicidad entre ambos estaba clara desde el piloto de La casa del dragón, así que, efectivamente, el escogido para su primera vez es Criston Cole (Fabien Frankel). No se hace mucho de rogar cuando la princesa le besa, todo hay que decirlo. Y así es como la princesa pierde su codiciada virtud.

Nadie se ha enterado de esto, pero de lo que sí que se han enterado es de que ha ido al prostíbulo —conocidos como “casas de placer”— con su tío. Otto Hightower (Rhys Ifans) se entera a través de uno de sus informantes y se lo dice al rey, que se niega a creer que su propio hermano le haya arrebatado la virginidad a su hija. Y… ¿lo ha hecho? Todo parece indicar que no, pero aquí todo el mundo miente.
La primera en mentir es Rhaenyra. Porque cuando la reina pide verla para preguntarle por lo que ha escuchado, le dice que su tío no la ha puesto una mano encima… Y es mentira, porque los hemos “visto” besarse. También dice que mantiene su virtud… y eso también es mentira.
El segundo en mentir es Daemon. Porque cuando su hermano le pregunta directamente por lo sucedido, afirma haber sido el encargado de arrebatar la virginidad a la princesa, afirmando que es “mejor que lo haga con él a con cualquiera”. El rey entra en cólera, porque, ¿quién querrá casarse con ella sabiendo que ya no es pura? Y ahí entra el plan de Daemon: pedirle a su hermano la mano de Rhaenyra. Un plan sin fisuras, desde luego. Le arrebatan la corona, pero intenta conseguirla de otro modo.
El futuro matrimonio de Rhaenyra
Sin embargo, Viserys se niega. No son muchos los que saben lo ocurrido (o imaginan lo ocurrido, más bien), así que va a hablar con su hija para aclarar las cosas y establecer qué va a pasar a continuación. Es evidente.
Cuando Viserys habla con Rhaenyra, ya tiene claro lo que ha pasado. No deja que la chica se explique, pero tampoco quiere saberlo. Las apariencias son importantes, y el haber nacido mujer hace que la princesa no pueda tener derecho a lo que los hombres sí. Así que el rey recula: Rhaenyra ya no podrá escoger a su futuro matrimonio. El consejo consideraba que lo más acertado era casar a Rhaenyra con Laenor Velaryon (Theo Nate), el hijo de la serpiente marina, y eso es lo que va a hacer.
Rhaenyra, llegados a este punto, no se niega. Le dice que lo hará, pero también se impone y le deja claro que las intenciones de Otto Hightower no coinciden con las suyas, ya que Otto quiere a Aegon en el trono. Y si ella asume su responsabilidad, también tendrá que hacerlo el rey.

Viserys acaba cediendo. Llama a Otto Hightower para agradecerle todo lo que ha hecho por él durante el reinado, pero también para hacerle saber que sabe de sus estrategias. Sabe que mandó a Alicent para ayudarle con el duelo y convertirse en su próxima esposa, y como sus intereses no coinciden con los que tiene el reino, es mejor que se marche.
Por su parte Rhaenyra recibe en su habitación lo que parece un té abortivo que le manda su padre. Y con ella mirando el líquido, sin saber si va a tomarlo o no, terminamos el 1×04 de La casa del dragón y este resumen.
Análisis de La casa del dragón 1×04: allana el camino, pero no sorprende
La casa del dragón sigue manteniendo la esencia que caracteriza a la saga creada por George R. R. Martin y, a la vez, consiguiendo brillar por sí misma. Y aunque los personajes me parecen de lo más interesantes (en especial Daemon y Rhaenyra), creo que las tramas se están quedando flojas y no hacen más que dar vueltas.
Es interesante que nos planteen el descubrimiento de la sexualidad de Rhaenyra de este modo porque vemos algo diferente. Vemos a la chica rebelde que es, cómo no se conforma con lo impuesto y cómo toma sus decisiones. Sin embargo, también parece un poco rebuscado utilizar toda esta trama para que, al final, se case con Laenor. El rey llevaba varios capítulos presionado para tomar esa decisión, así que era más que evidente que iba a acabar desposándola con él. Culpar a Rhaenya de ese destino es, como digo, un poco rebuscado.
Sin embargo, me ha parecido bien resuelto de cara a Daemon. Es evidente que la relación entre él y Rhaenyra es especial, así que meter el componente sexual no me ha parecido descabellado. Sí que parece un modo de replicar la relación incestuosa entre Cercei y Jamie en Juego de tronos, pero no está fuera de lugar.
¿Podrán sorprender más en el siguiente? De momento, como habéis podido ver en este resumen del 1×04 de La casa del dragón, parece que la serie se mantiene estable, sin muchas sorpresas y allanando el camino. Quizá de cara al final consiga ese punto que Juego de Tronos siempre conseguía. O, quizá, debemos dejar de pensar en su predecesora y disfrutar del camino.